Un honor contar con el testimonio de Ángela Sanz Briz, hija del diplomático Ángel Sanz Briz, su biznieta Adela, y Yessica San Román del Centro Sefarad Israel de Madrid. El alumnado de 4º de Secundaria conoce así de primera mano la vida y obra del conocido como el Ángel de Budapest.
Ángel Sanz Briz fue un diplomático español destinado como embajador en Budapest que salvó la vida de 5.500 judíos. Lo consiguió haciéndolos pasar por descendientes de judíos sefardíes, y en virtud de una ley que había sido derogada, pero que hizo valer ante los dirigentes húngaros.
Acto de conmemoración en el Colegio Alkor
Para ello se sirvió de una treta que le valió para multiplicar los 200 pasaportes que le habían concedido para ello. Ángel Sanz falseó los números de los documentos con bises y duplicados para poder salvar a aquellos judíos que demostraban tener ascendencia sefardí de algún modo.
Las victimas hacían colas interminables ante la embajada de España en Budapest para conseguir su pasaporte a la vida, alegando algún lejano parentesco. Ángel Sanz Briz tramitó los papeles para ello, jugándose la vida ante las autoridades nazis, y buscando personalmente de entre las filas de judíos que iban a ser deportados en los trenes de la muerte con destino al campo de exterminio de Auswitch.
Alojamiento, comida y medicinas
A todos esos judíos les proporcionó Ángel Sanz Briz pasaportes y salvoconductos. Y además les consiguió alojamiento, alquilando edificios enteros que convertía en anexos de la embajada española. De este modo los convertía en lugares inviolables, ya que no había sitio para ellos en la sede. Y a todos les conseguía alimentos y medicinas para que pudieran sobrevivir, con recursos propios y de la embajada. Una vez se le ordenó abandonar la ciudad, ante la inminente ocupación soviética, Giorgio Perlasca, conocido como el cónsul Perlasca, siguió con su labor. Sanz Briz fue reconocido como Justo entre las Naciones por el gobierno israelí.